¿EL OTOÑO ACELERA LA PERDIDA DE CABELLO?
El cabello cae en esta época por una serie de razones, pero no simplemente porque el calendario lo diga. No existe en realidad una relación directa entre el otoño y la pérdida de pelo, aunque muchos digan que sí, aludiendo que, si “caen las hojas, luego también se caerá el cabello”. Nada más lejos de la realidad, tenemos el otoño y tenemos la caída del cabello, pero lo uno no lleva a lo otro.
¿Entonces por qué en otoño es más habitual que se caiga el pelo?
Vamos a centrarnos en los aspectos que sí guardan relación directa con la caída del cabello en esta estación. En primer lugar, recordemos que el cabello viene de haber sufrido durante el verano, entonces Llega el otoño y el pelo está exhausto tras el verano
La exposición al sol, el cloro de la piscina, el salitre de la playa, la arena, la contaminación por exposición a agentes como el cigarrillo y un desequilibrio derivado de la despreocupación por las horas de sueño y la comida, conllevan a nuestro cabello a pedir auxilio al finalizar nuestras vacaciones. Si has tenido alguno de los anteriores factores, muy seguramente tu pelo estará experimentando sequedad, fibras quebradizas y falta de brillo. En este estado, el cabello tenderá a caer con más facilidad que si estuviera sano. Aquí tienes una explicación para la caída otoñal del cabello.
Si a lo anterior le agregamos que se acaban las vacaciones y retorna la rutina, posiblemente te estresarás provocando una reacción de emergencia en nuestro organismo que cambia totalmente el orden de las cosas. Si en un estado normal, nuestros nutrientes se reparten de forma razonable entre todas aquellas partes que los necesitan, bajo el estrés esto desaparece, y el propio organismo establece otras prioridades. Que te has puesto hasta arriba de brócoli y esperas que todo ese azufre vaya a parar a tu cuero cabelludo para eliminar impurezas, pues no, bajo el estado de emergencia por estrés ese azufre tiene mejores usos. En esta situación, no nos engañemos, nuestro organismo no piensa que el cabello sea necesario, así que los recursos que tenga los va a dedicar a otras cosas. Y un cabello sin recursos, es un cabello con tendencia a caer.
Pero que aquí no acaba todo, lo queramos o no, nuestro entorno influye sobre nuestro cuerpo. Si recibimos sol y luz, estamos más felices que si pasamos la tarde en un sótano. Nuestras hormonas lo sienten así, y se han pasado todo un verano disfrutando de cielos soleados y horizontes brillantes. ¿Entonces qué pasa cuando todo esto se acaba? Pues que las hormonas tienen que recolocarse, tienen que readaptarse al entorno, a la rutina e incluso a la dieta otoñal, que también cambia. Además, el folículo piloso está sujeto a una renovación constante cíclica conocidas como: anágeno, catágeno, telógeno los cuales están controlados primordialmente por el fotoperiodo o duración de la luz del día. El resultado de todo esto es un proceso de cambios que nos afecta psicológica y físicamente incluyendo a nuestro cabello. En este proceso de cambio, las hormonas no son especialmente eficaces y, si tenemos en cuenta que son las hormonas las que organizan el desarrollo de los folículos pilosos, ahí tenemos otra causa que explicaría por qué ahora perdemos cabello.
Por otro lado, comienza a sentirse la ausencia del sol en esta época del año y aunque no es la causa más fácil de ver, el sol es una de las pocas fuentes que tenemos para obtener vitamina D, que es fundamental porque ayuda a absorber el calcio. Puedes tomarte cinco litros de leche al día, pero si no tomas suficiente vitamina D, tus huesos seguirán como si nada.
El calcio es uno de los minerales más importantes para nuestro cabello, pues influye de forma notable en el equilibrio hormonal que, como ya hemos visto, participa en el desarrollo de los folículos pilosos. Unos cabellos que no absorben calcio porque no tienen suficiente vitamina D son proclives a caerse antes de tiempo.